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UN MENSAJE A LA CONCIENCIA
Por Jaime Dupuy / Publicado en Julio 26, 2024 / Semanario 1218 - Editorial
El mensaje presidencial no debe ser un recuento de cifras ni de logros. Necesitamos que el Ejecutivo trace claramente las líneas que seguirá, en lo que resta de gobierno, para reactivar la inversión privada, aumentar la productividad y enfrentar eficazmente la inseguridad.
Hay sectores que vienen haciendo las cosas bien, y hay que felicitarlo, pero todo debe ser parte de una planificación coordinada y no caer en casos aislados. Por ejemplo, de nada sirve aprobar la actualización de un nuevo Plan Nacional de Competitividad y Productividad si, en paralelo, se piensa aumentar el salario mínimo sin sustento técnico alguno.
Las protestas sociales, la incertidumbre y los fenómenos naturales del primer año dejaron cicatrices profundas en la economía peruana. El segundo año de la presidencia de Dina Boluarte ha mostrado mejoras significativas en comparación con el primero. Los datos del segundo trimestre del año son alentadores, pero no son suficientes. El crecimiento del PBI alcanzó un 5.28% en abril y un 5.04% en mayo, impulsado por la recuperación de sectores clave como la pesca, la agroindustria, la construcción y la manufactura.
Sin duda, esos recientes indicios de crecimiento nos brindan una oportunidad única para consolidar esta recuperación. Sin embargo, a pesar de estos avances, persisten desafíos importantes que deben ser abordados de manera decisiva para asegurar una recuperación económica sostenible.
El manejo de las finanzas públicas que se está tomando desde el MEF puede ser más eficiente. Nos tomó muchos años construir una reputación de país fiscalmente disciplinado. No renunciemos a ese trabajo para ampliar injustificadamente los presupuestos.
La confianza empresarial está en recuperación. Necesita señales mucho más claras para asegurar inversiones a largo plazo. El Gobierno debe seguir promoviendo el destrabe de grandes proyectos de inversión, como Tía María, que ayuden a fomentar mejores ánimos. La estabilidad política y económica, junto con políticas públicas coherentes y efectivas, son esenciales para mantener y fortalecer la confianza empresarial.
La inversión en infraestructura es otro aspecto crucial para el desarrollo económico. Los logros que ha alcanzado ProInversión en la promoción de asociaciones público-privadas deben continuar. Así como la mejora de los accesos al aeropuerto Jorge Chávez y la modernización de aeropuertos regionales, vitales para mejorar la conectividad y fomentar el turismo. A eso sumémosle el desarrollo portuario, con Chancay como punta de lanza, con miras a consolidar la posición de Perú como hub logístico internacional.
La simplificación del Estado es muy importante para el país, ya que permitiría alentar la formalización y la generación de empleo. El Estado debe ser ágil y amigo de la inversión y de los emprendedores, se deben acabar los trámites engorrosos y la burocracia excesiva, tanto para sacar adelante grandes proyectos como para ayudar a las mypes a crecer y formalizarse.
Y se requiere un Gobierno mucho más fuerte y firme, con mejor muñeca negociadora, para encausar las propuestas populistas que vienen del Congreso y que afectan la fortaleza fiscal, las cuales de seguro se incrementarán en un escenario preelectoral.
Y, finalmente, la seguridad. No podemos perder la batalla contra la inseguridad imperante en el país. Desde la minería ilegal hasta la delincuencia extorsionadora a las mypes y al ciudadano de a pie.
Estos son los mensajes que necesitamos escuchar este 28 de julio. Y, si se dan, que no se quede en palabras. Necesitamos acción.
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