En medio de la necesidad de reactivar la economía peruana, duramente golpeada por la pandemia y la crisis política, las agroexportaciones no tradicionales continúan demostrando un crecimiento estable, con una evolución del 21% durante el periodo enero-julio de 2021 con respecto al mismo periodo del año anterior. 

Cabe resaltar que, entre enero y julio de 2020, las agroexportaciones no tradicionales retrocedieron únicamente un 2%, lo que evidencia que el desempeño exportador del rubro no se vio drásticamente afectado por las restricciones y la paralización de la economía que sufrió el país por causa de la pandemia.

Entre las agroexportaciones no tradicionales, destacan las paltas, con un valor de US$ 881 millones para el periodo en análisis (+43.8% respecto al mismo periodo del año anterior) y las uvas frescas, con US$ 516 millones (+22.6%), según cifras de la Sunat. Durante los primeros siete meses de 2021, además, destacan nuestros envíos de espárragos (+14%), arándanos (+28.1%) y aceite de palma (+97.4%).

Es importante destacar que, en el periodo enero-julio de 2021, el valor de exportación acumulado por las paltas representó un 22% del total de agroexportaciones no tradicionales. Le siguen las uvas, con un 13%, y los mangos, con un 6%. 

Un producto de agroexportación importante por su evolución es el jengibre (también conocido como kión). Si bien solo representó un 1% de las agroexportaciones no tradicionales entre enero y julio del presente año, sus envíos al mundo registraron un crecimiento del 14% con respecto al mismo periodo del año anterior. Además, cabe resaltar que las exportaciones de jengibre en el periodo 2013-2021 registraron un crecimiento promedio anual del 49%, según cifras de la Sunat.

Respecto de los principales países de destino de las agroexportaciones no tradicionales, EE. UU. continúa liderando la lista, con un total de US$ 1,151 millones y un crecimiento del 10%. Le siguen Países Bajos, con US$ 694 millones (+ 26%), y España, con US$ 303 millones (+ 23%).

Es importante destacar que, si bien el Perú realiza envíos a Chile por US$ 227 millones, que representan apenas un 8% del total, dicho resultado representó un crecimiento del 87% respecto del valor exportado en el mismo periodo del año pasado. 

En lo que se refiere a los envíos por departamentos de origen, Ica lidera el ranking con US$ 914 millones (+21%); seguido por Lima, con US$ 910 millones (+20%); La Libertad, con US$ 707 millones (+19%); Piura, con US$ 437 millones (+11%), y Lambayeque, con US$ 400 millones (+35%). Cabe mencionar que estos cinco departamentos concentran el 86% de nuestras agroexportaciones no tradicionales al mundo.

Dada la importancia y el crecimiento sostenido que viene acumulando el sector agroexportador, es necesario promover su competitividad y crecimiento a través de políticas públicas que prioricen el comercio exterior, pues este es un potencial motor de reactivación económica por las divisas que genera, además del empleo directo e indirecto que beneficia a los peruanos (ver Semanario 1056).

Ante el notable crecimiento de la demanda por productos agrícolas no tradicionales en el mundo, el país debería aprovechar esta oportunidad para aumentar su comercio exterior. Surge, entonces, la pregunta sobre cómo mejorar el sector y aumentar las agroexportaciones.

Un tema fundamental para que la inversión privada de largo plazo continúe expandiéndose en este sector es esclarecer la Ley de Promoción Agraria, pues aún genera incertidumbre respecto de qué actividades estarían contempladas en ella (ver Semanario 1088). Los inversionistas siguen a la espera de esta definición, de tal manera que conozcan el marco jurídico, las reglas de juego, de cara a los próximos años.

Otro punto importante es darle celeridad a la ejecución de proyectos de irrigación trabados, tales como Chavimochic, Alto Piura y Chinecas. Su puesta en marcha permitirá aumentar la cantidad de tierras disponibles para sembrar productos exportables y así aportar elementos para asegurar el dinamismo y la sostenibilidad de nuestra oferta agrícola moderna al mundo.

El agro peruano cuenta con un enorme potencial, pero si seguimos dejando todo para mañana, o si implementamos políticas que, en lugar de promoverla, entrampen su desarrollo, ese potencial será cada vez menor.