El sistema de salud peruano es deficiente. El Estado tiene el deber de velar, asegurar y proteger la salud de todos los peruanos. 

Por encargo de ComexPerú, Videnza Consultores elaboró el informe “Situación actual del sistema de salud peruano”, en el cual se expone claramente que el sistema de salud nacional atraviesa una crisis estructural en términos de gestión, financiamiento, calidad del servicio y abastecimiento. Tanto es así que, en promedio, los peruanos gastaron S/ 169 por persona en la compra de medicinas al cierre de 2023, un 24.3% más que en 2019, con un gasto de S/ 136. 

De acuerdo con este informe, la problemática parte de la ineficiente gestión del Sistema Nacional de Salud, a cargo del Ministerio de Salud (Minsa). Y ello es así, entre otros aspectos, dado que no se mantiene un nivel de estabilidad de dirección en la entidad. En promedio, un ministro de salud mantiene su puesto durante un máximo de 167 días, desde 2021. Esto impide un correcto manejo de la política de salud y la posible identificación de oportunidades de mejora. 

No es distinta la situación del financiamiento. De hecho, el Perú tiene un gasto en salud per cápita de S/ 523, en comparación con los S/ 1,248 en Colombia, S/ 1,679 en Chile y, en promedio, S/ 3,882 en los países de la OCDE. El gasto en nuestro país es bastante menor, pero tampoco bastará con incrementarlo vía mayor presupuesto si este no se planifica adecuadamente ni traduce en servicios públicos de mejor calidad. 

El informe indica que el servicio de salud mantiene un enfoque equivocado. De acuerdo con el análisis de Videnza, el primer nivel de atención debería resolver el 80% de la demanda de salud de la población. Sin embargo, en la actualidad atienden el 43%. 

Con relación al nivel de abastecimiento, el informe muestra que 2 de cada 5 establecimientos del primer y segundo nivel de atención no disponen de medicamentos esenciales. Es tan amplia la brecha de desabastecimiento, que el 46% de pacientes prefieren recurrir a boticas y farmacias para atenderse, en vez de establecimientos de salud del Minsa o EsSalud. Lo anterior se debería a la alta rotación de directivos del Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud (Cenares), encargada de la recepción, almacenamiento, distribución de los recursos estratégicos en salud. 

Pese a esta situación, el Congreso de la República prefirió regular la venta de medicamentos genéricos obligatorios por parte de las boticas y farmacias, en lugar de velar por un mejor servicio provisto por el Estado, responsable del 91.7% de los asegurados a nivel nacional. Actualmente, de los 434 medicamentos obligatorios, 58 no se encuentran en el mercado peruano, 13 no cuentan con registro sanitario, 34 solo cuentan con un único proveedor y 40 solo son vendidos por máximo tres laboratorios. 

PROPUESTAS DE MEJORA

Vistas las deficiencias de nuestro sistema de salud, es necesario recalcar que el Estado tiene la oportunidad de iniciar un proceso de reestructuración y mejora. 

Se trata de la toma de las mejores decisiones, tanto de gestión como regulatorias, para cuidar efectivamente la salud de los peruanos. Dentro de estas oportunidades resaltamos las siguientes: 

• Fortalecer el Programa Farmacia Vecina, a cargo de EsSalud, donde se facilita a los afiliados identificar farmacias cercanas para recoger sus medicamentos.

• Promover de las recetas médicas electrónicas, lo que supone mejorar el acceso, uso y trazabilidad de las terapias a través de productos farmacéuticos.

• Adecuar los establecimientos del primer nivel de atención como anexos de los establecimientos de mayor complejidad en zonas urbanas.

• Crear un costo para la cobertura del alto costo de bolsillo, con la finalidad de alivianarlo en beneficio de la población, a través de un fondo universal intangible y autónomo.

• Promover el desarrollo de infraestructura de calidad en materia de salud, como los hospitales dado que el 97.6% de ellos tienen una capacidad instalada inadecuada. 

Es evidente que el sistema de salud está en crisis. La sociedad en general sufre las consecuencias de una deficiente gestión y el deterioro estructural del sistema de salud. No es necesario volver a sufrir otra pandemia para tomar acciones al respecto. Los peruanos merecemos un servicio de atención en salud de calidad.