El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) proyecta un crecimiento económico del 3.2% en 2024 y el 3.1% en 2025. Esto se fundamenta en la recuperación de los sectores primarios tras el fenómeno de El Niño y la estabilización de la demanda externa y el entorno internacional. La inversión privada sería un impulso clave para revitalizar sectores como la minería. 

Estas estimaciones deben ser tomadas con cuidado, puesto que están sujetas a escenarios específicos, como la mayor demanda de metales, entre ellos el cobre y el litio para vehículos eléctricos. Esta industria se habría quintuplicado en los últimos 5 años en línea con la descarbonización del transporte y la lucha contra el cambio climático, según la Agencia Internacional de la Energía. 

Dichas estimaciones también superan considerablemente las proyecciones del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), del 2.9% para 2024 y 2025. Inclusive, superan a las de organizaciones internaciones, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), con un crecimiento del 2.5% para 2024 y del 2.7% para 2025. 

El consenso entre estas entidades considera que la inversión privada será fundamental para la reactivación económica. Al respecto, esta alcanzó los S/ 51,089 millones a precios constantes de 2007 durante el primer semestre de 2024, un 0.01% por debajo de lo registrado en el mismo periodo de 2023. Cabe mencionar que, en los últimos 5 años, la inversión privada explicó, en promedio, el 80.8% de la inversión total y el 19.2% del PBI, según cifras del BCRP. 

La inversión privada crecería un 2.5% en 2024 y un 3% en 2025, gracias a la recuperación de la inversión minera y a proyectos de infraestructura de transporte, hidrocarburos y diversificación, de acuerdo con el Marco Macroeconómico Multianual (MMM). Por su parte, el BCRP proyecta que la inversión privada cerrará el 2024 con un crecimiento del 2.3%. 

Actualmente, la inversión minera cuenta con el mayor potencial para impulsar el crecimiento económico, debido a los altos precios de los metales. En el primer semestre, la inversión minera alcanzó los US$ 2,119 millones, un 10% más que en el primer semestre del año anterior, enfocándose en exploración y “otros conceptos” (ver Semanario 1222). Además, la construcción de nuevos proyectos, como Tantahuatay, por US$ 1,500 millones; Zafranal (US$ 1,263 millones) y la expansión de Cerro Verde (US$ 645 millones), serán claves para cumplir las proyecciones, según el Ministerio de Energía y Minas y el MMM. 

Otro aspecto que afectaría la demanda externa y, por ende, la inversión, incluyen la intensificación de conflictos y tensiones geopolíticas, como los ocurridos en Ucrania u Oriente Medio, los cuales podrían ejercer presiones al alza en los precios de metales preciosos como el oro. A esto se le suma la incertidumbre por las elecciones presidenciales en EE. UU., lo que puede repercutir en la inversión extranjera directa y el flujo de capitales hacia países en desarrollo, según el MEF. Finalmente, el posible cambio en las tasas de la Reserva Federal podría impactar la inversión privada en el Perú, ya que el BCRP sigue de cerca estas políticas, que afectan directamente las condiciones financieras y el costo del crédito. 

Asimismo, no debemos descuidar el entorno político y regulatorio local, debido a que la estabilidad y calidad del marco legal será determinante para la inversión privada en los próximos meses. La incertidumbre política podría menguar los resultados, lo que se puede apreciar en la peor calificación crediticia otorgada por instituciones internacionales, como fue el caso de S&P Global en abril de este año. También se debe considerar la fortaleza y credibilidad de las instituciones. Al respecto, en mayo, el déficit fiscal subió al 3.9% del PBI en los últimos 12 meses, 1.1 puntos porcentuales por encima del tope, pese a los últimos incrementos de este.

De cara a 2025, la inversión privada continuará siendo un pilar esencial para el desarrollo económico del Perú. Su evolución dependerá de factores internacionales, pero también de otros que, como país, deberíamos controlar. Es necesario que el Estado provea las condiciones necesarias para su desempeño, a través de instituciones fuertes y un marco legal de calidad que favorezca el bienestar de todos los peruanos.