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SALVEMOS AL TURISMO
Por Jessica Luna / Publicado en Septiembre 17, 2021 / Semanario 1090 - Editorial

El sector turismo es el más golpeado por la pandemia y su recuperación es incierta. Es un sector en crisis, con quiebras masivas y pérdida de empleos, que ha dejado a miles de familias sin el sustento de sus hogares. Urge unir esfuerzos del sector público y el privado para salvarlo.
Antes de la pandemia, el sector turismo representaba un 4% del PBI y generaba empleo para 2.2 millones de personas. El turismo se convirtió en un motor de desarrollo económico y social descentralizado. La evolución del sector en las últimas décadas había sido muy positiva, hasta que llegó el golpe de la COVID-19 que tiene al sector en agonía.
En los últimos 15 años, el flujo de turistas internacionales pasó de 1.4 millones a 4.4 millones, lo que significó que el ingreso de divisas por turismo receptivo pase de US$ 1,231 millones a US$ 4,704 millones. Se produjeron importantes inversiones en infraestructura aeroportuaria, lo que permitió que los pasajeros nacionales pasen de 2.7 millones a 13.9 millones, entre 2006 y 2019; mientras que los pasajeros internacionales pasaron de 1.9 millones a 12.2 millones, entre 2002 y 2019. El desarrollo de destinos, como resultado de la inversión privada, infraestructura y promoción turística, permitió que, por ejemplo, en Ayacucho, se pase de 26,000 a 280,000 pasajeros entre 2007 y 2019.
A julio de 2021, solo llegaron 130,000 turistas internacionales a nuestro país y la generación de divisas al mes de junio ascendió a US$ 296 millones. Es un sector en crisis. ¿Cómo salvamos el turismo? A continuación, algunas propuestas.
En el muy corto plazo, se requiere: i) la ampliación del aforo de los aeropuertos y el número de operaciones aéreas, que hoy restringen fuertemente la reactivación del sector. Solo en Lima se tienen alrededor de 120 vuelos menos por día, y las regiones han perdido conectividad; ii) la apertura de las fronteras norte y sur. La economía de Tacna, por ejemplo, no podrá reactivarse sin la llegada de turistas chilenos, un millón antes de la pandemia, que cruzaban por el puesto de Santa Rosa para adquirir bienes y servicios en esta región; iii) la promoción de la imagen país y el posicionarnos como un destino seguro; e iv) impulsar el turismo interno con campañas de promoción.
En el mediano plazo, es clave avanzar en la competitividad del sector y la inversión en infraestructura que nos permita recibir a los turistas de manera segura y brindarles servicios de alta calidad. En este sentido se debe realizar lo siguiente: i) expandir la infraestructura aeroportuaria con la concesión del tercer grupo de aeropuertos regionales (Chimbote, Tingo María, Yurimaguas y Rioja), destrabar proyectos en curso, acelerar la modernización del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez y la conexión con la zona hotelera; ii) implementar el Plan de Manejo Territorial de Machu Picchu, que incluye el Centro de Visitantes, nuevos caminos incas, la ampliación del área de visita y el acceso amazónico; iii) atender la problemática de la informalidad del tren a Machu Picchu; y iv) el mejoramiento de carreteras (doble calzada) en los circuitos turísticos norte y sur, entre otros.
¡Está en nuestras manos salvar el sector turismo!
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