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¿CÓMO ARRANCAMOS?
Por Jessica Luna / Publicado en Junio 19, 2020 / Semanario 1030 - Editorial

La paralización de las actividades por el estado de emergencia ocasionó una estrepitosa caída del PBI en el mes de abril, del 40.4%. Según ha reportado el INEI, este retroceso histórico ocasionó una reducción del 66.3% en las ventas al por menor, el 89.7% en la inversión en construcción, el 54.9% en la manufactura y el 49.3% en las exportaciones. Los motores productivos se apagaron, lo cual, sumado a una lenta y complicada reanudación de actividades a partir del mes de mayo, ha generado terribles consecuencias sobre el empleo.
Entre marzo y mayo últimos se perdieron 2.3 millones de empleos solamente en Lima Metropolitana, una reducción del 47.6% de la población ocupada. Muchos de estos empleos no se recuperarán cuando se levante la cuarentena porque miles de empresas han quebrado o se encuentran en una situación financiera precaria.
¿Cómo arrancamos la economía? ¿Cómo recuperamos los empleos? El Gobierno ha anunciado el programa Arranca Perú que, a través de proyectos de inversión pública por un monto de S/ 6,500 millones en sectores como transporte, vivienda, agricultura y trabajo, prevé recuperar más de un millón de empleos.
Sin duda, es importante este impulso a la economía a partir de un programa de inversión pública, pero el verdadero motor de crecimiento es la inversión privada. En el primer trimestre del presente año, esta representó el 83.8% del total de la inversión en el país. Y es ahí donde debe estar el foco de atención si verdaderamente queremos impulsar la economía de manera descentralizada y generar empleo y oportunidades sostenibles para mejorar la calidad de vida de la población.
Para ello se requiere, por un lado, impulsar la cartera de proyectos de asociaciones público-privadas (APP), que a enero de este año suman US$ 5,351 millones en proyectos maduros y una cartera potencial de US$ 3,205 millones en sectores como transporte, saneamiento, energía, salud, turismo, educación, telecomunicaciones, entre otros. También urge destrabar los proyectos de irrigación, que suman una inversión de US$ 3,500 millones y que ampliarían la frontera de producción agrícola exportable en 200,000 hectáreas. Y, en el sector minero, acelerar la cartera de 7 proyectos que ya se encuentran en etapa de construcción, los cuales representan una inversión de casi US$ 9,000 millones.
Por otro lado, es imposible la recuperación del empleo con la rigidez de la actual normativa laboral. Se requieren incentivos y flexibilizar las formas de contratación en este contexto de crisis, ya que será la única manera de generar puestos de trabajo formales. Además, las autoridades deben entender que las empresas que se acogieron a la suspensión perfecta lo hicieron porque no tenían otra alternativa para preservar el empleo de sus trabajadores. Y esa es la situación en la que se ha puesto al sector turismo, seguramente el más afectado por la crisis, cuyas solicitudes están siendo rechazadas, lo que pone al borde de la quiebra a muchas empresas.
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