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Puno, otro año en el olvido
Por ComexPerú / Publicado en Julio 18, 2016 / Semanario 853 - Hechos de Importancia

En algunas localidades del Perú, el invierno representa una amenaza para
la vida de sus pobladores y para su economía. Aunque su llegada es inevitable,
sí es posible minimizar las consecuencias que este podría traer consigo. Sin
lugar a dudas, uno de los departamentos más vulnerables a este fenómeno es Puno,
y a pesar de que todos los años su población sufre las inclemencias del clima,
la historia sigue siendo la misma.
Todo indica que poco se ha aprendido de los episodios anteriores. Las
cifras, aunque menores, siguen reflejando la gran vulnerabilidad de la zona y
el fracaso de las medidas de prevención. A la fecha, de acuerdo con la
Dirección Regional de Salud y la Dirección Regional Agraria de Puno, se han
registrado 47 personas fallecidas a causa de las heladas y la pérdida de
aproximadamente 55,000 animales, entre alpacas, llamas, ovinos y vacunos. Con
el objetivo de implementar medidas efectivas que ayuden a combatir y prevenir los
efectos de este fenómeno, la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) elaboró
el Plan Multisectorial para Heladas y Friaje 2016; sin embargo, muchas de las
labores de los ministerios en el marco de este plan consisten en medidas de
mitigación y no en planes efectivos de prevención ante eventos futuros. Por
ejemplo, el Ministerio de la Mujer cuenta con un presupuesto de S/ 11.1
millones asignados a la disposición de kits de abrigo ante efectos de bajas
temperaturas. Si bien ello es importante, en el corto plazo, para aliviar en
cierta manera a la población afectada, no representa ningún avance en cuanto a
la prevención del fenómeno en los próximos años. Son escasas las medidas de
este plan que se orientan a preparar a la población para que puedan hacer
frente a futuras temporadas de heladas. Evidencia de ello es que, a pesar de la
aplicación en años anteriores de planes contra las heladas, las consecuencias
siguen siendo devastadoras.
Un Gobierno
regional perdido en el tiempo
No muchos saben que los Gobiernos regionales cuentan con una partida
presupuestaria destinada a la reducción de la vulnerabilidad y a la atención de
emergencias por desastres. En el caso de Puno, el Gobierno regional, según
cifras del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), cuentan con un presupuesto
institucional modificado (PIM) para la mencionada categoría de S/ 41 millones,
de los cuales en lo que va de julio[1]
tan solo se ha ejecutado un 43.9%. En dicha categoría presupuestal se incluye
la prevención de desastres no relacionados a las heladas. Así, las cifras son
más desalentadoras si se observa el desagregado de este apartado. Por ejemplo,
en lo que respecta a “capacidad instalada para la reparación y respuesta frente
a emergencias y desastres”, que incluye la administración y almacenamiento de
kits, solo se ha ejecutado un 33.9% del PIM total de S/ 21.9 millones. Basta
con retroceder un poco para constatar la tardía intervención del Gobierno
regional. Al final de junio, solo se había ejecutado un 32.5% de la categoría
“reducción de vulnerabilidad y atención de emergencias por desastres” y tan
solo un 13.5% de la sección “capacidad instalada para la reparación y respuesta
frente a emergencias y desastres”.
Las cifras de avance en ejecución del presupuesto son irrisorias, más
aún si se considera la época del año en la que nos encontramos y la magnitud
del problema. Existe el presupuesto para atacarlo, pero el Gobierno regional dificulta
su oportuna ejecución. Menos de la mitad del presupuesto destinado a medidas de
prevención de desastres ha sido utilizado hasta la fecha, cuando podría haberse
ejecutado en su mayoría. El Gobierno regional de Puno no ha empleado el
presupuesto en los meses críticos y no se sabe qué está esperando para hacerlo.
Si no es ahora, ¿cuándo?
Aunque las medidas estipuladas en el plan sean necesarias para mitigar
el impacto del problema, no son suficientes. Muchas de estas reformas consisten
en la entrega de dádivas y son insostenibles en el tiempo. Lo que sí es
sostenible es proporcionar a la población los medios para que puedan realizar
sus propias labores de prevención. Reducir la pobreza es clave para que las
personas cuenten con los medios necesarios para prevenir los riesgos de las
heladas. El primer paso para lograrlo es brindarle a la localidad mayor
conectividad (ver Semanario N.° 756); así se impulsa
el desarrollo económico y, al mismo tiempo, se facilita la presencia del
Estado.
Las intenciones son buenas, pero con estas no se logra el objetivo. Se debe dejar de pensar en el corto plazo y empezar a hacerlo a futuro, preparando a la población para que puedan prevenir y combatir las consecuencias de las heladas por sus propios medios. Las medidas mitigadoras son importantes pero insostenibles y deben ser tratadas como un medio hacia la consecución del objetivo, mas no como un fin. Fortalecer las instituciones y facilitar el acceso del Estado son dos puntos claves a lograr, pues hasta el momento ni el Gobierno regional ni el Central lo están haciendo bien.
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