El pasado 1 de junio marcó un hito para la infraestructura aeroportuaria del Perú: el inicio total de operaciones del nuevo terminal de pasajeros del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez (AIJCH). Esta obra representa un paso importante para consolidar a Lima como un hub regional. Sin embargo, el crecimiento sostenido del transporte aéreo y del turismo no serán posibles sin una red de aeropuertos regionales modernos, interconectados y eficientes. 

El tráfico de pasajeros se concentra en Lima: el movimiento de pasajeros (entre entradas y salidas de vuelos nacionales e internacionales) en el AIJCH representó el 61.8% del total movilizado en el año. Solo en vuelos nacionales, Lima concentró el 48.5% del total del país en dicho año, mientras que en vuelos internacionales representó el 98.2%. 

Los aeropuertos a nivel nacional, aparte del AIJCH, se pueden agrupar del siguiente modo: el primer grupo de aeropuertos, cuya operación está concesionada a Aeropuertos del Perú (AdP); el segundo grupo, concesionado a Aeropuertos Andinos del Perú (AAP), y un tercer paquete de aeropuertos no concesionados, operados por Corpac. 

Los aeropuertos concesionados, según contrato, deben someterse a una evaluación de desempeño para medir el cumplimiento de los niveles de servicio C y D de la International Air Transport Association (IATA), los cuales aparecen en la edición más reciente del Development Reference Manual, según el flujo de pasajeros alcanzado en los años anteriores. Estos resultados son publicados por el ente regulador, Ositrán. 

Según los datos disponibles hasta la publicación de este informe, solo tres aeropuertos en el país cumplieron con todos los indicadores de nivel de servicio al usuario (Arequipa, Ayacucho y Puerto Maldonado). Además, si nos concentramos únicamente en los indicadores de servicios asociados a las áreas de check in y seguridad, el 50% de aeropuertos regionales[1] no cumplieron con el indicador relacionado al espacio mínimo requerido por pasajero en área de check in, mientras que el 42.9% no cumplió con el mismo indicador, pero asociado al área de seguridad.  

Los aeropuertos que no cumplen con el nivel de servicio en el área mínima requerida por pasajero en las áreas de check in y seguridad fueron los de Trujillo, Chiclayo, Iquitos y Tumbes. Si se analiza el desempeño del tráfico de pasajeros por estos terminales, se observa que en el primer trimestre de 2025 crecieron más del 50% por encima del nivel de 2019, con excepción del aeropuerto de Iquitos, que cayó un 8.5%. 

Los resultados demuestran que muchos de los aeropuertos regionales presentan un desempeño muy por encima del nivel prepandemia. Si bien esto es una buena señal para el comercio y la conectividad en general, lo cierto es que genera una potencial saturación en la infraestructura vigente, lo que empuja hacia la necesidad de modernizar y ampliar las condiciones físicas de los terminales aéreos regionales. Incluso, los aeropuertos operados por Corpac enfrentan deficiencias más complejas, aunque no se cuenta con una medición de la calidad del servicio en ellos, según los indicadores presentados. Los aeropuertos de Cusco, Jaén y Jauja son solo algunos ejemplos del mal estado de la infraestructura. Estos últimos, incluso, presentan constantes paralizaciones debido al mal estado de sus instalaciones. 

Tanto los aeropuertos operados por AdP como AAP requieren intervenciones —algunas más urgentes que otras— y cuentan con planes de inversión para sus diferentes terminales. Sin embargo, los proyectos enfrentan cuellos de botella, principalmente debido a la burocracia estatal, que categoriza estas inversiones como proyectos de inversión pública, por lo que deben pasar por el Sistema Nacional de Programación Multianual y Gestión de Inversiones (Invierte.pe). 

Las demoras en la aprobación de estudios, el saneamiento de predios y la ausencia de espacios de articulación entre las entidades más relevantes para acelerar la ejecución de estos proyectos complican la ejecución de obras necesarias para el desarrollo de la infraestructura aeroportuaria. Contar con una moderna puerta de entrada al país debe ser una señal de orgullo, pero se requiere una política integral para impulsar el desarrollo aeroportuario regional, el comercio y el turismo en general.

[1] Se consideran los aeropuertos que cuentan con la medición de calidad al usuario, según indicadores de servicio IATA, en 2023. Los aeropuertos operados por Corpac no están sujetos a dicha medición. En los aeropuertos de Pisco, Chachapoyas y Huaraz, pese a estar concesionados a AdP, no se midió el cumplimiento de los niveles de servicio de IATA, debido a que estos no alcanzaron por dos años consecutivos un tráfico anual superior a los 100,000 pasajeros, a la fecha de corte de la medición (2023).