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Áncash: secuestrada por la ineficiencia de sus gobernadores
Por ComexPerú / Publicado en Agosto 22, 2016 / Semanario 857 - Actualidad

¡S/ 500 mensuales a los más pobres! Esa fue la promesa electoral de
Waldo Ríos, actual gobernador regional de Áncash. Y es que, por si fuera poco,
luego de los escándalos de corrupción de la gestión anterior (ver Semanario N.°
746),
se suma una coyuntura, por decir lo menos, poco auspiciosa para este
departamento. Con un precedente de fuga, una investigación por presuntas
contrataciones inadecuadas por parte de su gobernador y una iniciativa de
revocatoria en marcha, Áncash no muestra señales de recuperación y la calidad
de su ejecución presupuestaria deja mucho que desear.
Esta incertidumbre política, además de generar desincentivos para la
inversión privada y ralentizar la inversión pública, le ha costado muy caro al
departamento en términos de crecimiento. Tal como sugiere la evidencia, la
inversión es una herramienta fundamental para mejorar la calidad de vida, debido
a la generación de empleo que trae consigo, los mayores ingresos para las
familias y su impacto en la reducción de la pobreza. Sin embargo, en el último
quinquenio, el PBI real de Áncash se expandió tan solo un 10.1%[1], con
lo que ocupó el vigésimo lugar en lo que a crecimiento se refiere, mientras que
departamentos como Junín o Apurímac crecieron un 52.3% y un 48.8%, respectivamente.
Por ejemplo, en 2014, la economía ancashina se contrajo un 12.7%, producto del
retroceso de la pesca y la acuicultura (-72.2%), del sector hidrocarburos
(-22.1%) —principal motor de este departamento, donde la minería predomina— y
del sector manufactura (-21.4%), según cifras del Instituto Nacional de
Estadística e Informática (INEI).
Este desempeño sería entendible si consideramos que fue el primer año de
gestión, pero la tendencia se repite y la calidad de gasto no mejora. Hacia
julio del presente año, S/ 429 millones se destinaron a las remuneraciones del
personal y obligaciones sociales (70.6% del total ejecutado), S/ 93.3 millones
a compras de bienes y servicios (15.3%) y S/ 24.7 millones a la adquisición de
activos no financieros (4.1%), principalmente. Además, sorprende que se hayan
empleado S/ 5.6 millones en lo que va del año para vuelos nacionales, según el
detalle siguiente: S/ 4.3 millones en viáticos y asignaciones por comisión de
servicio, S/ 68,200 en otros gastos, S/ 620,417 en pasajes y gastos de
transporte. Asimismo, son impactantes los S/ 609,482 utilizados para servicios
de publicidad, impresiones, difusión e imagen institucional, cuando los niveles
de ejecución en cuanto al sector agropecuario, vivienda y desarrollo urbano,
transporte y saneamiento son menores al 25%.
Proyectos de
inversión, una oportunidad desperdiciada
La principal función de un gobierno debería ser mejorar la calidad de
vida de sus habitantes mediante la inversión pública productiva, mas este no es
el caso ancashino. Por el contrario, el bajo nivel de ejecución de proyectos de
inversión ha generado un aumento de la pobreza. De acuerdo con cifras del
Ministerio de Economía y Finanzas, del total asignado a la ejecución de
proyectos de inversión en 2015, primer año de gestión del Gobierno regional (S/
198.8 millones), se avanzó tan solo un 25%. Lo anecdótico es que, por ejemplo,
se destinó tan solo S/ 0.4 millones a la promoción del comercio interno y
externo, cuando esta es una de las actividades de mayor dinamismo en la región,
y lo peor es que tampoco se ejecutó en su totalidad (78.7%). Otro caso parecido
que evidencia esta falta de visión es el gasto en educación, con un avance del
32.9%, a pesar de que tan solo un 26.1% de su fuerza laboral cuenta con
primaria o menos, un 43% con educación secundaria, un 14.9% con superior universitaria
y un 12% con superior no universitaria.
Del mismo modo, no se ejecutó en lo absoluto el presupuesto concerniente a saneamiento, cuando un 33.5% de hogares no cuenta con red pública de
alcantarillado. Ni qué decir de orden público y seguridad o salud, pues ambos
no poseen un presupuesto asignado. Y, con mucha pena, esta situación se replica
este año, pues a la fecha[2] se ha ejecutado únicamente
un 12.1% del total para proyectos de inversión. Por ejemplo, de los S/ 48.6
millones destinados a proyectos del inversión del sector agropecuario en 2016,
tan solo se ha ejecutado un 9.2% a la fecha, y se ha avanzado un 26.1% en
saneamiento, un 17% en educación y un 2.6% en salud.
¿Qué está esperando el Gobierno Regional de Áncash? No lo sabemos, pero
sin duda evidencia una lamentable gestión. Mientras sus autoridades están
preocupadas por mantener a su actual gobernador, alrededor de 9,000 familias
más son pobres, la delincuencia crece y 2 de cada 5 hogares no cuentan con
desagüe.
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