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Nueva ola de aranceles en EE. UU.: ¿cómo afectaría al Perú?
By Comexperu / Published in August 08, 2025 / Weekly 1267 - Foreign Trade

Frente al nuevo paquete arancelario anunciado por EE. UU. el pasado 31 de julio, el Perú debe mirar con atención las lecciones del pasado reciente y evaluar con claridad los posibles efectos de esta medida sobre su economía. El gobierno de Donald Trump ha retomado una estrategia comercial proteccionista, que ya tuvo consecuencias tangibles para nuestro país durante su primer mandato.
En 2018, la guerra comercial entre EE. UU. y China, junto con la imposición de aranceles globales del 25% al acero y el 10% al aluminio, afectaron directamente las exportaciones peruanas de productos siderúrgicos. El Perú dejó de exportar barras de acero sin alear al mercado estadounidense y los envíos de este tipo se redujeron a menos de US$ 1 millón anual, según cifras de la Sunat. A nivel macroeconómico, las exportaciones totales se desaceleraron en la segunda mitad de 2018 y cerraron 2019 con una caída del 3.3%. Ese año, el PBI peruano creció apenas un 2% frente al 4% registrado en 2018.
En su segundo mandato, Trump consolidó su enfoque con el anuncio del Día de la Liberación, el 2 de abril de 2025, mediante el cual impuso un arancel universal del 10% y mayores tasas a países que, según su análisis, limitaban el acceso de productos estadounidenses. Días después, se decretó una suspensión de 90 días a los aranceles más altos para dar paso a negociaciones bilaterales. Ese periodo culminaba el 9 de julio, posteriormente aplazado al 1 de agosto; por ello, el 31 de julio se publicó un nuevo listado de tarifas, con entrada en vigor desde el 7 de agosto.
El nuevo esquema mantiene un arancel del 10% para países con los que EE. UU. tiene superávit comercial, como el Perú, y una tarifa mínima del 15% para aquellos con los que mantiene déficit. Algunas economías clave han sido particularmente afectadas: Brasil enfrentará un arancel total del 50% (10% base más 40% adicional) y Canadá será gravado con un 35% tras el fracaso de sus negociaciones. Otros países, como India, Filipinas, Vietnam y la Unión Europea, lograron acuerdos con condiciones especiales, a cambio de mayores aperturas o compromisos de inversión.
Impacto en el comercio exterior peruano
En 2024, el Perú exportó un total de US$ 9,535 millones a EE. UU., siendo este su segundo socio comercial, por detrás de China. Solo en agroexportaciones, ese mercado concentró el 35.5% de nuestros envíos al mundo (US$ 4,398 millones), mientras que en textiles y confecciones representó el destino del 50.8% del total exportado (US$ 840 millones). En ese sentido, las consecuencias de los nuevos aranceles dependerían del tipo de producto y el nivel de competencia.
En el sector agrícola, productos como la palta enfrentan una desventaja frente a México, que no paga aranceles en virtud del T-MEC y tiene presencia todo el año en el mercado norteamericano, tal como destacamos en el Semanario 1252. La oferta peruana se concentra entre junio y agosto, lo que eleva el riesgo de sustitución si se mantiene el arancel del 10%. Lo mismo ocurre con el café. En 2024, Brasil lideró el mercado estadounidense, con un 30.4% de participación, seguido por Colombia (21.7%) y Perú, en quinto lugar, con un 5.5%. Sin embargo, el arancel del 50% a Brasil podría abrir una oportunidad para nuestro país.
En textiles, el Perú también podría ganar terreno. Muchos proveedores asiáticos enfrentarían aranceles superiores al 15%, lo que mejoraría la posición de nuestras prendas de algodón, como polos, camisas y suéteres, que ya gozan de buena reputación en EE. UU.
Posible afectación a exportaciones del cobre
La mayor alerta se presenta en el rubro minero. El 30 de julio, EE. UU. anunció un arancel del 50% a los productos de cobre semiacabados, aunque exoneró al cobre refinado. Esta decisión impacta directamente al Perú, que en 2024 exportó US$ 910 millones en manufacturas de cobre a EE. UU., principalmente cátodos (62%), chapas y bandas (19.8%) y barras de cobre refinado (6.9%). EE. UU. fue el segundo destino de estas exportaciones después de China.
Si bien los cátodos de cobre refinados fueron excluidos de este arancel, persiste el riesgo de que se amplíe la medida o se impongan nuevas restricciones bajo argumentos de seguridad nacional, como ocurrió con el acero en 2018.
Estrategias para contrarrestar los aranceles
Ante este panorama, el Perú debe evitar respuestas reactivas. Aplicar represalias arancelarias no solo sería contraproducente, sino que encarecería productos de consumo básico en el mercado interno. Del mismo modo, ofrecer incentivos tributarios sin análisis técnico puede debilitar la estabilidad fiscal a largo plazo. La estrategia debe estar centrada en fortalecer nuestra competitividad.
Para ello, es indispensable intensificar la apertura comercial. El Perú negocia actualmente con India, Indonesia, Emiratos Árabes Unidos y Marruecos, además del reciente TLC firmado con Hong Kong y la optimización del acuerdo con China en noviembre último. A ello se suma la necesidad de avanzar con la aprobación del régimen REMA y la Ley de Zonas Económicas Especiales, que permitirían atraer inversiones y diversificar nuestras exportaciones. También es clave mejorar la infraestructura logística: inversiones como el antepuerto del Callao, el truck center de Ancón y proyectos del eje Chancay-Callao mejorarían tiempos y reducirían costos logísticos.
Este nuevo entorno debe verse como una oportunidad para acelerar reformas estructurales. El Perú no puede detenerse ante la incertidumbre global. La mejor respuesta es consolidarnos como un socio comercial confiable, eficiente y competitivo.
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